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Todos los requisitos para pedir una hipoteca

Comprar una casa es una de las decisiones más importantes y caras de la vida de cualquier persona. Supone un gran desembolso de dinero, por lo que la mayoría necesitarán financiación de una entidad bancaria o financiera para poder comprar la vivienda. Te contamos todo lo que necesitas tener en cuenta a la hora de pedir una hipoteca.

Comprar una casa es una de las decisiones más importantes y caras de la vida de cualquier persona. Sin duda, supone un gran desembolso de dinero, por lo que la mayoría necesitarán financiación de una entidad bancaria o financiera para poder comprar la vivienda. En este sentido, es necesario firmar un préstamo hipotecario y, para ello, se han de cumplir una serie de requisitos. En el siguiente artículo vamos a ver cuáles son, en líneas generales, los requisitos para pedir una hipoteca.

¿Cuáles son los requisitos para pedir una hipoteca?

Para que la entidad bancaria conceda el préstamo hipotecario, es preciso cumplir con una serie de requisitos para pedir una hipoteca. Sin embargo, hay que tener en cuenta que dichos requisitos no son fijos, sino que cada entidad bancaria en particular se adapta a las necesidades y posibilidades que cada persona tiene en un determinado momento de su vida. Sin embargo, en términos generales, podemos decir que los requisitos más importantes son los siguientes.

Disponer de un ahorro inicial

Uno de los primeros requisitos para pedir una hipoteca es tener cierto ahorro inicial. Esto se debe a que el financiamiento a obtener representará un porcentaje del valor de tasación de la propiedad.

Este porcentaje sólo hace referencia al precio de la vivienda. No obstante, la operación de compraventa tiene ciertos gastos asociados derivados del pago de Impuestos, de la tasación del inmueble, de la Notaría, la Gestoría y del Registro de la Propiedad. Por ello, no solo debemos tener ahorrado el 20% del valor de la vivienda, sino también disponer de un colchón de dinero suficiente para poder afrontar estos gastos, que se sitúan aproximadamente entre el 8% y el 12% del precio del inmueble.

En definitiva, lo ideal es tener un ahorro de, al menos, el 30% del valor del bien inmueble que se desea comprar.

Ingresos suficientes para el pago de la hipoteca

Para conseguir la concesión de la hipoteca, tendremos que pasar un examen por parte del banco en el que, entre otras cosas, se analizarán los ingresos con que contamos. Este punto es fundamental, ya que la entidad bancaria solo dará luz verde a la concesión del préstamo hipotecario si contamos con ingresos suficientes para poder hacer frente al pago de las cuotas hipotecarias.

Asimismo, el banco tendrá en cuenta las deudas anteriores de las que se sea titular y de la estabilidad de los ingresos que percibimos. De este modo, el banco, en general, concederá una hipoteca cuando ésta no suponga más del 35% de endeudamiento.

Es importante tener en consideración que cada banco valora de una manera distinta el porcentaje de endeudamiento aceptable de acuerdo con la situación económica de las personas. Por eso, si bien es el porcentaje de endeudamiento está en alrededor del 35%, es posible que este número varíe de acuerdo con los distintos bancos. Dentro de los criterios para tener en cuenta se incluirá si la persona solicitante es soltera, si tiene hijos, entre otras cosas que cada banco puede ponderar como punto a evaluar. Por eso, puede decirse que tener una aportación y un salario estable y de un total suficiente para cubrir la cuota suelen ser los requisitos más comunes.

Estabilidad laboral

Para la concesión de la hipoteca, también será un requisito importante contar con estabilidad laboral. Así, para que el banco nos conceda un préstamo hipotecario deberemos contar con uno de los siguientes trabajos:

● Trabajo por cuenta ajena con un contrato indefinido y con cierta antigüedad (más de 6 meses)

Una de las formas de acceder a un préstamo hipotecario es trabajando por cuenta ajena con contrato indefinido y teniendo, además, por lo menos 6 meses de antigüedad. Sin embargo, las distintas entidades bancarias tienden a adaptarse a los solicitantes y a sus necesidades. Un ejemplo de ello sería el caso de una persona que pueda demostrar estabilidad laboral a lo largo del tiempo pero que haya cambiado de empleo recientemente. En un caso así, es posible que el banco sea flexible y otorgue el préstamo de igual manera.

● Trabajo como autónomo o empresario

En este caso, se deberá ser dueño de un negocio o empresa viable con los que se consigan ingresos recurrentes durante los dos últimos años. De todas maneras, los bancos también pueden ser flexibles respecto de este requisito. Un ejemplo para comprenderlo podría ser el caso de una persona que lleve muchos años trabajando como autónoma en otros proyectos que hayan demostrado también buenos resultados. En estos casos, es probable que la entidad bancaria flexibilice sus requisitos para el otorgamiento del préstamo.

Además de lo mencionado anteriormente, no solo se valorará la estabilidad del empleo, sino también el sector al que nos dediquemos. De este modo, es más fácil conseguir una hipoteca si se es funcionario público o si trabajamos en sectores en auge como las nuevas tecnologías.

Buen historial de crédito

Otro de los aspectos que revisarán las entidades bancarias a la hora de decidir si conceder o no un préstamo hipotecario es el historial crediticio del cliente. De esta forma, se comprobarán los ficheros de morosos como ASNEF, CIRBE o RAI para comprobar que el cliente no tenga deudas pendientes.

Si no se tiene ninguna deuda pendiente cuando se solicita una hipoteca, las probabilidades de que esta se nos conceda crecerán mucho. No obstante, tener alguna deuda pendiente no significa que no vayamos a conseguir la hipoteca, pero sí que nuestras posibilidades se reducirán.

Garantías adicionales

Cuando la entidad bancaria tiene dudas sobre la concesión del préstamo hipotecario, una buena idea es la aportación de avales o garantías adicionales para que la operación resulte más segura. De esta forma, se pueden aportar distintos tipos de avales:

Aval solidario: en este caso, el avalista responderá con todo su patrimonio ante el impago de la hipoteca por el avalado.

Aval de vivienda: en este caso, el avalista responderá con una propiedad en caso de impago de la hipoteca.

Edad del hipotecado

No se puede solicitar una hipoteca a cualquier edad. Así, lo ideal es tener menos de 70 o 75 años. Sin embargo, no hay edad mínima para solicitar una hipoteca, siempre y cuando se cuente con el ahorro, un trabajo estable e ingresos suficientes para poder hacer frente al pago de la hipoteca.

Si se cumplen estos requisitos para pedir una hipoteca, es bastante probable que contemos con la financiación que necesitemos para poder comprar la vivienda que deseamos.

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